El océano se está llenando de plástico a un ritmo alarmante. Parte de ese plástico flota y es visible, pero gran parte de él es demasiado pequeño para poder verse desde un barco o un avión. Este microplástico es imposible de eliminar y es capaz de causar daños a la salud humana y marina.
¿Qué son los microplásticos?
Un microplástico es cualquier trozo de plástico de cinco milímetros o menos. Los microplásticos pueden comenzar ya siendo pequeños o separarse de mayores piezas. Las olas, el viento y el sol separan los trozos de plástico más grandes, y en lugar de biodegradarse, el plástico se hace más pequeño. Una pieza grande se convierte en millones de microplásticos diminutos, que son químicamente idénticos al original.
Los microplásticos se descomponen en nanoplásticos (fragmentos de centesimas de milimetro). Estas piezas son tan pequeñas que son invisibles a simple vista y pueden entrar en células, tejidos y órganos. Nadie sabe qué efecto tendrán sobre la salud de humanos y animales, pero sabemos que aumentarán a medida que más plástico termine en nuestras vías fluviales. Algunos estudios ya lo están relacionando con enfermedades en humanos y se han encontrado evidencias de animales fallecidos por culpa de la ingestión de plástico.
Los microplásticos en el océano no se pueden recoger y es difícil estimar cuántos fragmentos de plástico hay en el océano. Un estudio de 2014 dice que hay 270.000 toneladas de plástico en el océano y al ritmo que aumenta en breve habrá más material plástico que peces en los océanos. Casi la mitad de todo el plástico fabricado fue producido en los últimos 18 años y nuestra dependencia del plástico, especialmente de los artículos de un solo uso, sigue creciendo. Y sin importar cuántas veces lo usemos, todo el plástico está aquí para quedarse.
¿De dónde vienen?
Algunos microplásticos se crean en el mismo océano cuando las piezas más grandes se rompen. Y otros ya llegan al mar siendo pequeños. Las fibras sintéticas, como ropa, ropa de cama y alfombras, arrojan pequeños trozos de plástico con el tiempo. Pueden entrar en el sistema de agua cuando se lava la ropa o por efecto del viento. Hay otros plásticos pequeños como los filtros de cigarrillos, las pajitas y la goma de mascar (sí, los chicles son de plástico y crean 100.000 toneladas de contaminación cada año).
Muchos maquillajes, productos para el cuidado corporal, jabones, pastas de dientes y limpiadores abrasivos contienen microperlas. Se trata de piezas de plástico no más grandes que una partícula de arena. Dado que todos estos productos se utilizan con agua, no es difícil imaginar la facilidad con la que entran en nuestros ríos y océanos. Cada recipiente puede contener cientos de miles de partículas de plástico, y la mayoría de las instalaciones de tratamiento de agua no pueden filtrarlas. Como resultado, este tipo de productos son una amenaza directa para los entornos marinos. Los Estados Unidos y Canadá han prohibido recientemente el uso de este tipo de productos (con microperlas), mientras que muchos países europeos los han prohibido desde principios de la década de 2000.
¿Por qué importa?
Salud Marina
Los científicos han documentado más de 600 especies afectadas por desechos marinos plásticos. Algunos de estos escombros crean limitaciones físicas que atrapan a los animales, como redes de pesca desechadas o bolsas. La mayoría de estos escombros causan daño por ingestión, pero también quedan atrapados en ellos. A medida que los desechos plásticos flotan en el océano, recogen algas y olores que imitan el olor de los alimentos, atrayendo animales marinos para comérselos. Los plásticos se acumulan en el sistema digestivo del animal, causando obstrucciones y hambre. También liberan toxinas que pueden alterar la función normal de los órganos.
El plástico también contiene algo que se conoce como PBT (polímeros), y productos químicos tóxicos como el DDT (dicloro difenil tricloroetano) que persisten en el medio ambiente. A medida que los microplásticos flotan por el océano, van liberando estas toxinas, y cuando los animales marinos se lo comen, ingieren PBT, que se acumula en sus tejidos.
Cuando comemos pescado, también comemos esas toxinas ingeridas por la vida marina.
Salud Humana
Aún no sabemos mucho sobre cómo afectarán a la salud humana. Pero no es difícil ver que son y seguirán siendo un problema para el océano que nos alimenta. Es por eso que todos tenemos que hacer un esfuerzo para eliminar gradualmente el plástico de nuestras vidas.