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Cuando sales de tu curso de Open Water seguro quieres apuntar inmersiones en tu log-book lo antes posible y crees que ya lo tienes todo para sumergirte en los mares. Pero nada más lejos de la realidad, tendrás que ser consciente de que bucear con seguridad es mucho más que sacarte un curso de buceo. La mayor parte de bucear con seguridad dependerá de las decisiones futuras que puedas llegar a tomar y estás se irán tornando mejores con la práctica del buceo.

En este artículo trataremos de dar claridad para que tu inmersiones sean lo más seguras posibles desde el primer momento, y poner el foco en lo realmente importante antes de que te tires al agua. 

Aquí tienes los 11 consejos más importantes para bucear con seguridad y que tus inmersiones sean un verdadero placer.

Ten un buen control de flotabilidad.

El control de la flotabilidad es probablemente de las técnicas de buceo que más se tarda en aprender.

Probablemente pienses que ya lo tienes controlado después de 4 inmersiones que hiciste en el curso de Open Water, pero no confíes en la experiencia de solo 4 inmersiones. A la flotabilidad hay que dedicarle tiempo, así que intenta que tus primeras inmersiones como buceador certificado sean en entornos muy seguros y con poca profundidad.

Hay gente que tarda un poco más en pillarle el truco, y esto es completamente normal, así que dedícale el tiempo necesario en un entorno seguro.

No bucees por encima de tus capacidades.

Esto es algo que se remarca mucho cuando se certifica a nuevos buceadores. 

No bucees en lugares donde excedas los límites personales y de certificación. Esto significa; 

– No bucear sobrepasando el límite de profundidad.

– No bucear en pecios, cuevas, con corrientes, de noche, etc. si no tienes la especialidad correspondiente.

Recuerda que tus capacidades son limitadas cuando te inicias en este deporte, así que tómatelo con calma y buena cabeza.

Mantén una comunicación constante con tu compañera de buceo.

La falta de comunicación entre compañeros esta presente en mucho accidentes de buceo. Es fundamental que mantengas una comunicación fluida y que tú comunicación por gestos sea lo más clara posible. Es bueno repasar las señales antes de tiraros al agua y tratar de anticiparos a lo que os encontraréis y como lo indicaréis bajo de agua.

También es importante que mantengáis una visión casi constante en vuestro compañero. Nunca está demás mantener el contacto visual con esos buceadores que tienen poca práctica. Recuerda que se pueden salvar vidas con una comunicación rápida y efectiva en situaciones de emergencia.

En el mercado existen una serie de maracas y silbatos acuáticos para poder llamar la atención de los buceadores bajo el agua. Estos te servirán para que en caso de emergencia (y que nadie te este mirando en ese momento), puedas llamar su atención con rapidez.

Presta atención al mundo que te rodea.

Ten siempre los ojos abiertos por cualquier peligro que puedas presentarse bajo el agua.

En el mar existen animales y entornos que pueden ser peligrosos, desde animales como las medusas o los erizos, a corales cortantes, o corrientes fuertes. Si no conoces el entorno, trata de no tocar nada y presta atención a todo lo que te rodea.

Revisa tu manómetro con regularidad.

Parece algo obvio, pero la gente se emociona y se le olvida revisar cuanto aire les queda en la botella.

Ten muy presente el aire que te queda, y comunícalo a tu guía, instructor o compañero. Mirar el manómetro con regularidad tiene que ser algo que hagamos automáticamente al cabo de unas cuantas inmersiones. No esperes a revisar el aire cuando te pregunten, y ten claro cuanto te queda en todo momento.

No abuses de hinchar y deshinchar tu chaleco de buceo.

No importa que tengas controlada la flotabilidad, siempre tendrás que ajustar tu chaleco cuando cambies de profundidad. Pero intenta no estar constantemente cambiando de nivel y por consiguiente, ajustando el aire el chaleco.

Bucea con tranquilidad e intenta que sea a una profundidad constante, o por lo menos con pocos «alti-bajos». Bucear gradualmente y con cabeza es la clave para no gastar tanto aire en el chaleco y que la inmersión dure más.

No te cargues con demasiadas tareas.

Se que puedes estar deseando hacer fotos en tus nuevas aventuras, pero sobre todo, y si tienes poca experiencia en esto del buceo, primero aprende a bucear y concéntrate en las cosas importantes, como seguridad y técnica.

 No te cargues con tareas como hace fotos, llevar linternas, pizarras, boyas, cabos, etc. Si estás empezando en este mundo, primero a lo importante y ya tendrás tiempo del resto cuando sepas bucear un poco mejor.

No tardes en ecualizar los oídos.

Uno de los fallos más comunes de los buceadores novatos es que tratan de compensar los oídos cuando ya empiezan a doler, pero cuando ya duelen es imposible ecualizar y al final tienen que ascender de nuevo para poder hacerlo.

Trata de ecualizar los oídos constantemente mientras desciendes, incluso puedes empezar a pinzarte la nariz desde la superficie. No tienes que esperar ni siquiera a que te moleste la presión, así que ecualiza cada medio metro que desciendas y así evitarás un bloqueo en los oídos, o incluso una lesión mayor.

No confíes ciegamente en tu instructor o guía, y comenta tus dudas.

Está claro que tienes que prestar mucha atención a lo que te diga una persona con mucha más experiencia que tú, pero todos somos humanos y podemos cometer errores, o incluso nos falta información para poder desempeñar nuestro trabajo con seguridad.

Consulta siempre todas tus dudas con la gente que tiene más experiencia, y si algo no ves claro, hazlo saber antes de tirarte al agua. Es importantísimo que el guía o instructor conozca todos esos detalles relevantes sobre tí, y tienes que tener todas tus dudas resueltas antes de ponerte el regulador en la boca.

No malgastes tu energía.

Si es posible, trata de nadar y respirar con tranquilidad. Reserva tu energía y aire de la botella para que la inmersión dure más tiempo y sea más agradable.

Si estás empezando, no te preocupes si las primeras veces vas un poco rápido y gastas mucha energía y aire. Es normal que nos emocionemos con el entorno, o que no controlemos bien la flotabilidad. Pero piensa que cada movimiento extra traerá consigo un mayor cansancio y consumo del aire de la botella.

Fíjate en los buceadores que saben e intenta imitar sus movimiento. Nadie nace sabiendo y todo es cuestión de práctica.

Aprende a decir NO.

Esto es probablemente lo que más accidentes de buceo evita.

Si no tienes seguridad sobre una inmersión, no te encuentras bien, o crees que tu nivel de buceador es inferior a lo que se está requiriendo. Dí NO a bucear. 

No te dejes llevar por compañeros, ni siquiera por el instructor o guía. Ten tus límites bien claros, y nunca bucees si no lo tienes completamente seguro. Un NO a tiempo a evitado muchos accidentes.

Si quieres más información sobre seguridad, siempre es buena idea pasarse por la web de DAN Europa. Allí encontrarás muchísima información para que siempre tengas unas inmersiones seguras.

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